Aquí te traigo algunas opciones rápidas para comer verdura sin tener que cocinarla.
El otro día me dijo un paciente que no comía verdura porque no tenía tiempo para cocinarla. Es normal que haya días en los que llegues a casa después de trabajar/estudiar y lo que menos te apetezca es ponerte a preparar una berenjena rellena, por ejemplo.
Para eso estamos los dietistas-nutricionistas, para daros herramientas y ponéroslo lo más fácil posible. A todos nos puede dar pereza cocinar de vez en cuando, sobre todo si esos alimentos no nos entusiasman.
BOLSAS DE ENSALADAS O ENSALADAS LISTAS PARA CONSUMIR
Una de las dos ingestas recomendadas de hortalizas cada día se aconseja que sea en crudo. Así se mantienen todas las vitaminas y minerales de este grupo de alimentos tan interesante. Pues al aplicar calor, se destruyen algunos nutrientes, como la Vitamina C, que es termosensible.
Es por eso que las bolsas de hojas como canónigos, rúcula y mezclas de lechugas son un gran recurso para que no nos de pereza comer más ensaladas. La mayoría vienen ya lavadas y listas para consumir.
En las ensaladas ya preparadas, sí hay que prestar más atención a los ingredientes. La mayoría van a ser más interesantes que cualquier comida precocinada. Eso sí, ya que nos ponemos, no está de más mirar que los ingredientes que acompañan estas ensaladas sean lo más recomendables posible. Por ejemplo, deberíamos evitar aquellas con carnes procesadas como fiambres; o cebolla frita en aceites vegetales de poca calidad, pan frito... Es mejor optar por aquellas que estén acompañadas por pollo, atún, queso u otros ingredientes de mayor calidad.
ZANAHORIAS, TOMATES CHERRY...
Un recurso que suelo recomendar mucho es tener zanahorias peladas y listas para consumir en un Tupperware o envueltas en papel de plata. Así, cuando queramos consumir algo de verdura para acompañar nuestro plato principal pero no queramos pararnos a cocinar algo más elaborado, podremos recurrir a esta fantástica opción. Los tomatitos Cherry, los pepinos o los pimientos son otras alternativas fantásticas para consumir en crudo de forma fácil y rápida.
VERDURAS EN CONSERVA
Judías verdes, espárragos, palmitos, pimientos asados, pepinillos... Podemos encontrar infinidad de opciones para tener en la despensa y hacernos la vida más fácil. Importante fijarnos en los ingredientes y escoger aquellas conservas en las que el protagonista sea la verdura en sí y el resto de ingredientes sean agua, sal y si eso algún conservante. A veces se añade azúcar para contrarrestar la acidez, como ocurre con el tomate frito. En este caso, tampoco nos debe preocupar, ya que la cantidad añadida suele ser poco significativa. Sí que sería conveniente evitar las conservas con aceites añadidos, salsas u otros ingredientes que puedan añadir muchas calorías sin aportarnos demasiados nutrientes.
FRITADAS U OTRAS PREPARACIONES
Existen platos listos para consumir y ricos en verdura que pueden ser una opción aceptable para esos días en los que falta tiempo hasta para mirar el reloj. Por ejemplo, la fritada de Mercadona puede salvarnos de un apuro. No os olvidéis que este tipo de platos preparados suelen llevar más aceite del que nosotros utilizaríamos para cocinar. Lo que hace a estos platos una opción más calórica de la que no conviene abusar. Igualmente, si nos aseguramos que los primeros ingredientes son verduras y el aceite utilizado es de oliva, puede llegar a ser un buen recurso.
VERDURAS CONGELADAS
Las hay tanto para descongelar y cocinar a nuestro gusto, como listas para verter en la sartén (sin descongelar si quiera). Quizás la segunda opción case más para esos días con prisa. No obstante, nunca vendrá de más tener algo de verdura en nuestro congelador por lo que pueda pasar. Cuantas menos excusas para no comer verdura mejor. No sabes cuando se te puede poner malo ese brócoli que compraste 2 semanas atrás. Y no te preocupes, la verdura que se vende congelada en los supermercados se ultracongela a temperaturas muy bajas en muy poco tiempo, por lo que las pérdidas de nutrientes son mínimas.
En cuanto a las verduras congeladas y listas para cocinar, tendremos que fijarnos en los ingredientes. De nuevo, habrá que tener cuidado con las verduras pre-fritas en aceites de mala calidad, algo muy común en estas bolsas. También es normal encontrar mezclas de verduras con alimentos que, aunque no dejen de ser sanos, pueden no ser la opción más indicada en nuestro caso. Por ejemplo, si no queremos consumir muchos hidratos de carbono en una comida, deberíamos evitar esas opciones con patata, arroz, maíz...
CONCLUSIÓN
Aunque lo mejor sea comer la verdura fresca y crear el hábito de cocinarla, hay momentos y situaciones en las que esto no es posible. La solución no es dejar de consumir verdura, sino que existen multitud de opciones rápidas y fáciles para que el tiempo o la pereza no sean excusa. 💪🏽🥦
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¡Nos vemos en el próximo post familia! A disfrutar con salud ✌🏽
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