ACTUALMENTE
GRADUADO EN NUTRICIÓN HUMANA Y DIETÉTICA + MÁSTER OFICIAL EN NUTRICIÓN DEPORTIVA
PROFESOR EN LA UCAM Y OTRAS FORMACIONES
CONSULTA ONLINE
CONSULTA ONLINE
DIVULGADOR EN TV Y RRSS
nutricionista del real betis balompié
TAMBIÉN
HE SIDO
ponente en congresos, profesor de campus y clases de cocina, competidor men's physique
Fui un bebé de esos rollizos, rechonchillos. Vamos, a los que todos gusta pellizcar. Durante mi infancia, era un niño muy inquieto. Me apuntaba a cualquier actividad que incluyera correr, saltar o hacer el burro. Sin embargo, tanta actividad era compensada con cantidades similares de comida, por lo que nunca llegué a ser un niño delgado. Nos suelen llamar "fuertes", aunque los músculos no se puedan apreciar. No es que fuera un niño obeso, ni mucho menos, pero me gustaba mucho comer, y se notaba. Para entonces, esto no me preocupaba en absoluto.
MI HISTORIA
Sin embargo, llegó la adolescencia y los estándares sociales comenzaron a hacer estragos en la percepción que tenía sobre mi propia imagen corporal. Me quería parecer a los típicos actores de películas que tanto gustaban a las chicas de mi edad. Cuerpos trabajados, protagonizados por tabletas de chocolate y brazos con montañas a pequeña escala del Everest. En aquella época, seguía haciendo todo tipo de deportes, incluso estaba federado en baloncesto, donde no era ni el más alto, ni el mejor; motivación extra para conseguir ese físico que me haría alcanzar mi máximo rendimiento.
Eliminé esos kilogramos que tanto me perturbaban, pero no de la forma más adecuada. Pasaba mucha hambre, me mataba a base de ejercicio y, aún así, los resultados no eran los esperados. El estirón y una actividad física muy elevada ayudaron, pero seguía teniendo malos hábitos que no me permitían avanzar.
Tras encaminar mis estudios a la rama de salud; pues si algo tenía claro, y yo creo que era lo único, es que en mi futura profesión debía ayudar a los demás; acabé bachillerato con matrícula de honor. No me gusta echarme flores, pero siempre se me ha dado bien estudiar.
Llegó uno de los momentos de mayor indecisión de mi vida, ¿qué carrera elijo? Apartando el hecho de que mis padres siempre apoyarían mi decisión y les estoy eternamente agradecido por permitirme estudiar una titulación universitaria; no sabía que coj... hacer. Como ya sabéis, siempre me había gustado el deporte y la alimentación, pero la carrera de medicina tenía más reputación... ERROR. Nunca se elige pensando en lo que te puede dar mayor reconocimiento, el reconocimiento te lo ganas tú, no una carrera. Por suerte, y aunque mi nota de selectividad me permitía entrar en esta reputada carrera, me corté el dedo ese mismo verano y me di cuenta que la medicina no era lo mío. Hipocondriaco es poco. Por tanto, solo me quedaban nutrición (NHYD) y ejercicio (CAFD). Entonces pensé, con todo el deporte que he hecho y aún así no he conseguido estar como los de la tele, es que algo falla, y puede ser la nutrición. Me empecé a informar, leer e investigar y joder, todavía lo recuerdo... ¿Nunca habéis tenido esa sensación de que algo estaba hecho para vosotros? Esa motivación por querer saber más y más, pasarme noches de verano en vela por querer profundizar en cada nueva cosa que descubría. Era lo mío, lo logré.
Durante la carrera me propuse tomarme más enserio mi cambio corporal que, como todo cambio, comienza con una permuta de chip. Me lo tomé como una asignatura más: "Si yo tenía un buen físico, mis fututros pacientes creerían más en mí".
Comía bien, entrenaba fuerte y descansaba lo necesario. Empecé a adentrarme un poco más en el mundillo del fitness y... casi fue peor. Toda la información que encontraba desembocaba en tener que comprar un suplemento o hacer un plan de entrenamiento/alimentación que curiosamente vendía el informador. Por supuesto, me compré todo tipo de suplementación e hice todo tipo de protocolos. No solo me encontraba peor, sino que me costaba mucho más avanzar. Entonces, en parte gracias a la universidad, empecé a diferenciar la buena información de la proveniente de vendemotos, y se notó. Por fin me notaba agusto con mi estilo de vida y notaba cambios, pero lo más importante, me sentía bien.
Todas estas experiencias desembocaron en un ímpetu que nacía en lo más profundo de mi ser por ayudar a que los demás no cayera en los mismos mitos que yo. Si no hay bienestar físico ni mental, da igual que tengas el mejor cuerpo del mundo, nunca serás feliz.
De ahí surgió NUFISA, quería unir todos mis conocimientos de nutrición y fitness con el objetivo final de ganar en salud. Sin productos milagrosos, dietas insostenibles o entrenamientos sofocantes. Coherencia y buenas elecciones para no solo mejorar nuestra imagen corporal, sino nuestra imagen interior y salud mental.
Tras estos años de estudio y experiencia personal al final me he dado cuenta de que lo único sostenible en el tiempo es un cambio de mentalidad que te incentive a tomar decisiones más saludables. No siempre, nunca haciéndolo todo perfecto, sino con coherencia y tranquilidad.